Nos encontramos en un momento de alarma sanitaria debido al coronavirus que conlleva un cambio de rutinas, actividades y hábitos en nuestra vida en general que, en determinadas situaciones, se hace particularmente complejo, como es cuando un familiar tiene Alzheimer o cualquier otra forma de demencia. El cierre de centros de día, el no poder salir a dar un paseo, la prohibición o restricción de visitas a la residencia, la dificultad para ir a ver a familiares a su casa, o la convivencia de 24 horas, genera inquietud y sobreesfuerzo que debemos manejar de la mejor manera posible.