La mentalidad fija

sep, 2024 cerebro, memoria

mcpress.mayoclinic.org

A lo largo de tu vida, es probable que la gente haya comentado sobre tus habilidades: un padre diciendo que eres inteligente, un profesor reconociendo que eres bueno en matemáticas, un jefe diciendo que eres un gran trabajador.

Con el tiempo, estos mensajes pueden “arreglar” la forma en que te ves a ti mismo. La gente dice que eres inteligente, así que debes serlo. Al final, esta visión de ti mismo chocará con los inevitables fracasos o críticas de la vida. ¿Qué sucede entonces?

La mente fija interpreta los errores y los contratiempos habituales como una deficiencia personal o una falta de capacidad. Esto da como resultado:

Emociones negativas

Duda de uno mismo

Culpar a los demás

Rapidez para rendirse

Evitar desafíos en el futuro

Afortunadamente, tu mentalidad no tiene por qué ser fija de por vida.

Mentalidad de crecimiento

Entra en escena la mentalidad de crecimiento. Las personas con esta perspectiva entienden que pueden desarrollar sus habilidades y adaptarlas a diferentes situaciones. Saben que los errores son inevitables, lo que les ayuda a recuperarse más rápidamente de los reveses.

Los valores de la mentalidad de crecimiento:

Esfuerzo para alcanzar objetivos

Oportunidades para aprender de los errores

Nuevos desafíos

Retroalimentación constructiva

Resiliencia frente a los reveses

Una mentalidad de crecimiento se correlaciona con una buena salud física y psicológica y es un fuerte predictor de logros. Los estudiantes con una mentalidad de crecimiento se involucran más en la escuela y obtienen mejores calificaciones con el tiempo.

Cultivar una mentalidad para el crecimiento

Intente aplicar cualquiera de estas tácticas de mentalidad de crecimiento la próxima vez que enfrente un desafío.

Comprende que tu cerebro es como un músculo: el ejercicio regular lo fortalece. Dale nuevos desafíos. Aliméntalo con nuevos conocimientos y concéntrate en él durante períodos más largos. Estos ejercicios crean conexiones neuronales nuevas y más densas, lo que hará que tu cerebro sea más poderoso. Además, pregúntate si ves los desafíos como una oportunidad o una amenaza.

Aumente su confianza y recuerde momentos en los que aprendió algo con éxito y mejoró su comprensión. ¿Hubo algún momento en el que no sabía cómo hacer algo, pero lo practicó y mejoró?

Pruebe el ejercicio de “Decir para creer”. Identifique una dificultad: tal vez hacer ejercicio, ahorrar dinero o un proyecto en el trabajo. Imagine escribir una carta a alguien que tiene el mismo problema. ¿Qué consejo le daría? Explicar cómo puede responder otra persona hace que sea más fácil recordar esos pensamientos y ponerlos en práctica. Pruebe a evocar cualquiera de estos pensamientos para poner en marcha una mentalidad de crecimiento:

Piensa: “Tengo curiosidad por saber qué sucederá si intento este desafío”. Esto evitará que te concentres en un resultado o expectativa en particular.

Si no tienes un éxito del 100 por ciento en alcanzar una meta, intenta pensar: “Probaré un enfoque diferente la próxima vez que haga esto y aplicaré lo que aprendí la primera vez”.

Después de lograr un objetivo o una acción, pregúntese qué hizo para lograrlo. Observe el proceso y la mentalidad al entrar en acción.

Adaptarse a una mentalidad de crecimiento le dará más resiliencia frente a los desafíos y mejores resultados a lo largo de la vida. Así que acepte algunas nuevas oportunidades en su vida y luego aprenda y crezca a partir de ellas.

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