Investigadores desarrollan un hidrogel para combatir el Parkinson
ago, 2021
Reuters.- Investigadores australianos han creado un hidrogel que podría utilizarse como intervención única para tratar la enfermedad de Parkinson y posiblemente otras afecciones neurológicas, según ha declarado un miembro del equipo de desarrollo en una entrevista con Reuters.
Los investigadores de la Universidad Nacional de Australia, en colaboración con el Instituto Florey de Neurociencia y Salud Mental, han desarrollado un gel compuesto de aminoácidos que puede inyectarse en el cerebro para ayudar a reparar los daños.
Al agitarlo, el hidrogel se transforma en líquido, lo que facilita su introducción en el cerebro a través de un pequeño capilar. A continuación, el gel vuelve a su forma sólida, rellenando los huecos de forma irregular y ayudando a transportar con seguridad las células madre de sustitución a las partes lesionadas del cerebro.
“Lo que realmente cambia las cosas es que se trata de una intervención única”, dijo el profesor de la Universidad Nacional de Australia David Nisbet.
“Previsiblemente, un paciente llegaría al hospital presentando la enfermedad de Parkinson y sólo necesitaría este tipo de intervención para aliviar potencialmente muchos de sus síntomas durante años“, dijo.
El gel se ha probado hasta ahora sólo en animales y ha sido eficaz para combatir los trastornos del movimiento de la enfermedad de Parkinson en ratas. Nisbet espera que los ensayos clínicos comiencen en los próximos cinco años, después de que el gel haya demostrado ser seguro para el uso humano.
Nisbet añadió que la producción del hidrogel es relativamente barata y que podría ampliarse a la producción en masa con relativa facilidad una vez que se apruebe el uso clínico de los materiales.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno cerebral que provoca temblores y dificultades para caminar, el equilibrio y la coordinación y que empeora con el tiempo. El gel también podría utilizarse para ayudar a las personas que han sufrido otras afecciones neurológicas, como los accidentes cerebrovasculares.
Se calcula que unos 100,000 australianos padecen esta enfermedad y que en todo el mundo hay más de 10 millones de casos. La enfermedad no tiene cura.