En busca de la eterna juventud
Abr, 2018 NOTICIAS SOBRE BURUZ
Se denomina gerascofobia, a un miedo irracional y enfermizo a hacerse viejo. Al ser una fobia, se asocia a cuadros psiquiátricos complejos que necesitan el tratamiento de un especialista. Es un caso extremo que conlleva la infelicidad del que lo padece por miedo a perder la salud y su apariencia juvenil. La verdad es que no sé la incidencia de ésta trastorno psicológico, ni conozco a nadie que lo padezca, pero creo que todos nosotros conocemos a personas que temen de manera exagerada envejecer, sin poder disfrutar de ello, por intentar luchar continuamente contra las huellas que les va dejando el paso del tiempo.
Parece mentira que hoy en día, parte de la sociedad siga relacionando la vejez a estereotipos negativos; fealdad, enfermedad, carga económica, carga familiar, carga social, soledad, senilidad, torpeza, dependencia, escasa calidad de vida, falta de motivación… y si lo analizamos detalladamente, no es de extrañar. Cada vez nos bombardean más en la TV, engañándonos con cremas faciales que frenan el envejecimiento, con perfumes anunciados por modelos jóvenes impresionantes, desfiles de moda con modelos adolescentes… y yo me pregunto; ¿Es que nuestros mayores no consumen?; ¿Acaso no toman productos lights , utilizan perfume, compran ropa de moda, beben agua embotellada, o dan biberones y potitos a sus nietos?...Eso sí, pegamento para la dentadura, compresas para la pérdida de orina y productos de limpieza sí que usan. En definitiva, es muy raro ver personas mayores anunciando productos que utilizamos a diario.
Si nos fijamos en l@s famos@s de edad avanzada, vemos que algún@s están estupend@s, con una figura estilizada y sin arrugas, gracias al fotoshop, al botox, al liffting… y sin embargo l@s hay que parecen de plástico. Cada vez son más las personas mayores de 65 años que se operan por estética (elevación o aumento de pecho, reducción de papada, cirugía de párpados…) y no lo voy a juzgar, ya que cada uno puede hacer con su vida lo que le plazca y hacerse algún retoque si lo considera oportuno. Lo que sí es una pena, es que ésta práctica se transforme en una obsesión cuyo único objetivo sea aniquilar a su mayor enemigo; “su yo envejeciendo”, y es que el tiempo pasa para todos y luchar contra esto, no tiene un final feliz. Por ello, creo que es necesario que se de un gran cambio de mentalidad y actitud en las diferentes etapas de la vida (niñez y juventud, adultez y vejez). De mentalidad de los jóvenes, para que valoren más desde niños lo que las personas mayores nos aportan diariamente. También la de los que ya no somos tan jóvenes, para que no temamos ni nos fijemos tanto en los aspectos que no son tan agradables y que acompañan al envejecimiento. En cuanto a la actitud, educarla desde la infancia, aprendiendo a aceptar que cada uno vale por lo que es, no por lo que tiene ni aparenta tener, y que no existe ni la eterna juventud ni la eterna belleza, tan ansiada por nuestra sociedad. Aunque sinceramente, no creo que ni siquiera esto sea suficiente. A lo mejor, tenemos que empezar definiendo de nuevo lo que es belleza y fealdad, eso sí, desde otro punto de vista en el que pesen otros valores que hoy en día parecen estar ausentes.